Un programa lanzado por ese país para reducir el uso de combustibles fósiles derivará en mayor producción de aceite de soja, y también de harina que buscarán exportar.
11.07.2022
Favio Re
El próximo 21 de noviembre dará comienzo en Qatar el Mundial de Fútbol 2022, en el que la selección argentina de fútbol buscará alzarse con el máximo trofeo, que se le viene negando desde 1986.
Mientras tanto, hay un mundial que viene ganando cómodamente desde hace una década: el de la harina de soja.
La soja recuperó la senda alcista y volvió a superar los U$S 600 en Chicago
La oleaginosa ganó U$S 12 este viernes y tuvo un saldo positivo del 1,5% a lo largo de la semana. El maíz bajó y el balance de los últimos días fue negativo.
Desde los puertos del Gran Rosario, parten aproximadamente la mitad de los embarques de este producto a nivel global.
Sin embargo, desde la cadena de la soja vienen advirtiendo sobre el deterioro constante en el que está un negocio que se encuentra estancado e incluso provocando pérdidas en las industrias agroexportadoras, que están trabajando con más de la mitad de su capacidad instalada ociosa.
PROBLEMAS EN EL “ORO VERDE”
“La cadena de la soja argentina viene sufriendo las siete plagas de Egipto en los últimos años. Por distintos motivos hemos padecido una reducción de producción, en un mundo que reclama que Argentina produzca cada vez más soja, y en general, ha sido por daño autoinfligido, por políticas de Estado que desincentivaron la inversión. Y hoy vamos a hablar de algunas de las pocas ocasiones que el riesgo viene desde afuera”, mencionó el titular de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), Luis Zubizarreta, durante un webinar organizado por esta entidad.
El analista Ivo Sarjanovic fue quien explicó cuál es esa amenaza de afuera: el programa de diésel renovable que está implementando Estados Unidos.
Para seguir reduciendo el uso de combustibles fósiles, el país norteamericano lanzó un plan para sumar más carburantes de origen renovable. Esto incluye un incremento en la producción esperada de biodiesel.
Si bien no se ha cuantificado todavía cuánto de este programa será cubierto por este combustible obtenido de la soja, Sarjanovic dijo que se estima que podrían ser unas cinco millones de toneladas de aceite. Y para obtener eso, hay que moler 20 millones de toneladas de soja.
“Significa mucha harina que Estados Unidos va a salir a vender al mercado global, con ventajas competitivas con respecto a Argentina”, señaló Sarjanovic.
Y es una “Doble Nelson”: al reducir EE.UU. su oferta de poroto, es probable que China recurra a Sudamérica para abastecerse, de manera que podría ocurrir que Argentina exporte más materia prima y menos subproductos (precisamente, harina y aceite).
LA SOJA ARGENTINA, EN DESVENTAJA
Fernando Correa Urquiza, representante de Louis Dreyfus Company (LDC), completó como factores que perjudican a la cadena que “Argentina se convirtió en un origen volátil, incierto, líquido, con tantas incertidumbres, que no se pueden cumplir compromisos”.
“Tenemos un diferencial de exportación enorme que perjudica a la soja, un régimen tributario muy volátil, variaciones cambiarias muy impredecibles, amenazas sindicales, paros que interrumpen el ritmo industrial, problemas energéticos”, enumeró.
Y consideró que, incluso sin esta “amenaza americana”, el país “perdió parte del tren”.