13 junio, 2025
Nº: 2278

El Salado y el alto costo de la Inaccion

El Plan Maestro del Río Salado, concebido en 1999 con financiamiento del Banco Mundial, fue diseñado para mitigar inundaciones y sequías en una cuenca clave para la economía nacional. Esta región, de 17 millones de hectáreas, concentra el 75% del stock vacuno bonaerense, produce más del 70% de los granos de la provincia y genera más del 20% de la leche del país.

Pese a su relevancia estratégica, la cuenca sufre una histórica vulnerabilidad hídrica agravada por la inacción estatal. Aunque el plan preveía su finalización en 15 años, a 25 años de su presentación solo se ha ejecutado la mitad de las obras. Esta demora ha provocado pérdidas productivas superiores a USD 5.000 millones, mientras que los aportes fiscales, solo por derechos de exportación, superan los USD 35.000 millones. La paradoja es evidente: la región ha financiado reiteradamente las obras que se le siguen negando.

El año 2025 fue especialmente crítico, con tres eventos climáticos severos que anegaron más de 2 millones de hectáreas. Estos episodios reafirmaron tanto el valor de las obras ya ejecutadas como la urgencia de finalizar las que aún están pendientes.

El costo de la inacción —más de USD 40.000 millones entre pérdidas evitables y recursos no reinvertidos— exige una respuesta inmediata. Concluir el Plan Maestro no es solo una deuda histórica con una de las regiones más productivas del país, sino una inversión estratégica que requiere liderazgo federal, financiamiento nacional y una gestión integrada del recurso hídrico. El país no puede seguir perdiendo por no hacer.

Desde CARBAP hacemos un llamado firme a toda la dirigencia política —sin distinción de niveles de gobierno ni pertenencia partidaria— para que asuma con seriedad la dimensión de este desafío y adopte, de manera inmediata, las decisiones necesarias para garantizar la asignación de los fondos que permitan completar las obras pendientes del Plan Maestro del Río Salado.

No existen argumentos técnicos, económicos ni éticos que justifiquen seguir postergando una solución largamente planificada, parcialmente financiada y reclamada insistentemente por los productores. La inacción ya ha generado un costo demasiado alto.

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