El adelantamiento de las liquidaciones de soja promovido por el mal llamado “Programa de Incremento de Exportaciones” concluyo el pasado viernes con beneficiarios y perjudicados por la medida. Entre los grandes beneficiarios, están los exportadores que pudieron embolsar más de 300 millones de dólares, de acuerdo a cálculos de la entidad, por el diferencial de precio no pagado al productor.
La medida lejos estuvo de ser integradora, sostenible y justa. Con reglas siempre cambiantes, ya que los productores que participaron de la convocatoria, luego se vieron impedidos de operar en el mercado cambiario.
Se trató de una medida macroeconómica puntual, de suma cero (lo que se recaudó hoy no se recauda mañana) que genero distorsiones en el mercado y consecuencias negativas en productores de distintas actividades conexas.
No es posible manejar el ritmo de la producción agropecuaria desde un escritorio, indicando quien, cuando, cómo y por cuánto tiempo se establece un valor arbitrario de un producto.
Desde CARBAP volvemos a reiterar que el programa que concluyo el pasado viernes, de adelantamiento de exportaciones, fue una medida cortoplacista y temporal, solo para ganar tiempo.
Una medida que no soluciona los graves problemas que tiene el sector debido a las retenciones, la brecha cambiaria y la inflación entre otras variables.