8 mayo, 2024
Nº: 2236

Preocupación de CARBAP por la importación de carne de cerdo

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa ve con preocupación la reciente apertura de importaciones de alimentos, en los que se incluye a la carne de cerdo, que implica una serie de beneficios impositivos para los importadores, generando mucha preocupación en todo el sector productivo.

Las medidas anunciadas por el Gobierno Nacional están generando un escenario de competencia desleal que puede desencadenar en el ingreso masivo de carne de cerdo importada, principalmente de Brasil, poniendo en riesgo la viabilidad económica de los productores porcinos locales y afectando negativamente a la industria nacional.

En el marco de la Comisión de Producciones Alternativas, se comparó la producción de Argentina con la de Brasil, y se encontró que su producción está apalancada por la utilización de un promotor del crecimiento, denominado Ractopamina, que mejora la productividad en más del 6%.

El uso de este componente está prohibido en Argentina como también en 160 países más, que incluyen a los principales mercados como la Unión Europea, China y Rusia, enrolados en una tendencia mundial de producción que va en otro sentido a la que por ahora utiliza Brasil.

La Argentina se encuentra en línea con esta tendencia, enfocándonos en prácticas de producción responsables que priorizan no solamente a los animales, sino también a los consumidores, a través del cuidado de la calidad de la carne tanto en el país como en el extranjero, ofreciendo productos de la más alta calidad y cumpliendo con los estándares más exigentes.

Para esto es importante garantizar un mercado justo y equitativo para todos los actores de la cadena porcina, que sea sustentado por políticas serias para la producción, que permitan aliviar el “costo argentino” compuesto por la carga impositiva que recae directamente en la producción primaria, como así también en la cadena.

Desde Carbap instamos a las autoridades a tomar las medidas que nos permitan competir en igualdad de condiciones tanto a nuestros productores locales como a la industria porcina nacional, dejando fuera las prácticas desleales y la competencia injusta.

Y desde ya, estamos dispuestos a colaborar para encontrar soluciones que promuevan un desarrollo sostenible y equilibrado de nuestra industria, beneficiando tanto a los productores como a los consumidores.

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