NOTICIAS

Golpe al campo: calculan una potencial pérdida superior a los US$2400 millones por las inundaciones. la nacion.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email

Un estudio puso el foco en el área que dificultaría la producción agrícola y la ganadería

  • 7 de noviembre de 2025
  • 08:41
  • 5 minutos de lectura

LA NACION Pilar Vazquez

El agua puso en jaque al centro oeste bonaerense
El agua puso en jaque al centro oeste bonaerense

Con entre 4,5 y 5 millones de hectáreas bajo el agua en la provincia de Buenos Aires, la pérdida potencial para el campo superaría este ciclo productivo los US$2400 millones entre inversión que no se haría y margen bruto que no se lograría. Se trata de un cálculo que tomó los costos directos en agricultura y ganadería y busca mostrar qué podría pasar si esas zonas no pueden producirse a tiempo.

La estimación fue realizada por Ignacio Iturriaga, uno de los productores afectados por el anegamiento que afecta a gran parte de los partidos del centro oeste bonaerense desde mayo pasado. El productor aplicó los costos directos de agricultura y cría sobre la superficie inundada y concluyó que, si esa área no pudiera sembrarse, el impacto económico directo sería de US$2466 millones, según su propio informe técnico. Allí detalló que la superficie anegada se reparte en 2,25 millones de hectáreas agrícolas y 2,25 millones de hectáreas ganaderas, con costos directos de US$466 por hectárea en agricultura y US$50 por hectárea en cría. Estimó márgenes brutos de US$400 por hectárea agrícola y US$180 por hectárea ganadera.

“Perspectiva positiva”: la Argentina ya exporta por US$450 millones de un complejo de fuerte interés mundial

Iturriaga precisó que construyó el cálculo a partir de los costos directos publicados en Márgenes Agropecuarios y de los márgenes brutos de maíz, soja, girasol y cría. Su cuenta contempla dos efectos simultáneos: por un lado, US$1161 millones de inversión no realizada y, por otro, US$1305 millones de margen bruto que queda en suspenso, lo que lleva al impacto total estimado de US$2466 millones.

Destacó que ese impacto no recae únicamente sobre quién siembra o cría. “Lo que no se invirtió por estar tapado de agua no es plata que pierde el productor: es plata que pierde el de la estación de servicio por el gasoil que no vendió, el que vende insumos, el contratista. Es plata que no se invirtió en el pueblo y también plata que no va a haber en el pueblo para invertir de vuelta el año que viene”, dijo.

“Hay lugares donde el agua está igual que en mayo”, advirtieron los productores
“Hay lugares donde el agua está igual que en mayo”, advirtieron los productores

Por su parte, Pablo Ginestet, secretario de Carbap, indicó que, si bien hoy se habla de entre 4,5 y 5 millones de hectáreas afectadas, una parte de esa superficie podría sembrarse más adelante, “más tarde o con otro cultivo”, por lo que el escenario aún no está cerrado.

En ese sentido remarcó que el impacto económico debe interpretarse como un riesgo y no como una pérdida consolidada: “A grandes rasgos, puede haber en juego unos 2000 millones de dólares, pero eso aún no está perdido. Lo que sí está claro es que está en riesgo”, expresó.

En este marco, Iturriaga conoce el tema de primera mano: es uno de los productores más afectados y tiene su campo en la Cuenca del Salado, justo en el tramo donde aún faltan 32 kilómetros pendientes del plan de desagüe, lo que funciona como un cuello de botella y agrava la permanencia del agua en la zona. En sus lotes hoy el agua le llega a la cintura, en lugares que el año pasado sembró y cosechó sin problemas.

Recordó que “todo explotó” el 15 de mayo pasado cuando cayeron cerca de 450 milímetros en la zona de Arrecifes y en toda el área río arriba del Salado. A eso se sumó, casi de inmediato, otra lluvia importante en Bragado y Junín. Aunque en algunos momentos pareció que el agua podía bajar, la seguidilla de precipitaciones no permitió que la situación se estabilizara: “No dio tregua el año, porque llovió muchísimo”.

“Perspectiva positiva”: la Argentina ya exporta por US$450 millones de un complejo de fuerte interés mundial

“Lo ganadero es lo más bajo que hay -en superficie-, y eso es lo que más va a tardar en irse el agua. Yo tengo parte del campo con dos metros de agua. Ahí no hay posibilidad de hacer nada”, agregó.

Al hablar de la campaña agrícola, Iturriaga señaló que todavía hay margen, pero que el tiempo juega en contra. “Hay una ventana de siembra de soja que se extiende hasta fines de diciembre. Cuanto más se atrasa la implantación, menor es el potencial de rendimiento. Y después de ese límite, el cultivo directamente queda fuera de ciclo”, explicó. Por eso su estimación económica no refleja pérdidas confirmadas, sino un riesgo que depende de lo que pase en las próximas semanas.

Las inundaciones volvieron a poner en evidencia, según Iturriaga, la necesidad de que se terminen los tramos que faltan del Salado. Aclaró que la obra no resolvería del todo la situación, pero sí podría haberla hecho más manejable. Remarcó que el Gobierno anunció semanas atrás la reactivación del dragado, aunque alertó que lo que volvió a ponerse en marcha es solo una parte. “Anunciaron que habían reanudado las obras, pero de los kilómetros que falta reactivaron el tramo C. El B pasa por mi campo y el A es el del puente. Los otros dos siguen sin tocar”, describió.

La situación en la cuenca del Salado es crítica
La situación en la cuenca del Salado es crítica

Según su mirada, esa secuencia no resuelve el cuello de botella principal, que está en el puente de la ruta 205, donde el Salado se angosta y el agua prácticamente no corre. Ese paso es el punto crítico del sistema: si no se interviene ahí, todo lo que se haga aguas arriba pierde efecto. “Si hay recursos para avanzar solo en uno de los tramos, la lógica sería empezar por el puente, para permitir que el agua salga. No aguas arriba, porque ahí lo único que hacés es recibir más agua de Junín y empujarla hacia un cuello de botella”, planteó.

Con algunas zonas altas que empiezan a secar y bajos todavía con más de 1,5 metros de agua, los productores siguen midiendo cada día si podrán entrar a sembrar algo antes de que se cierre la ventana de trabajo. “A esta altura algo se va a recuperar, pero hoy hay lugares donde el agua sigue igual que en mayo”, concluyó.

Por Pilar Vazquez

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email