n el partido bonaerense de Bragado hay preocupación por diferentes casos y piden ayuda a las autoridades; quejas también en Santa Fe
22 de febrero de 2024 21:13
La inseguridad rural que se vive en todo los rincones de la Argentina no tiene límites, horarios ni días. Tampoco los delincuentes tienen en la mira un botín específico por el que deciden cometer el ilícito: su espectro es muy amplio y puede ir desde un animal en pie a fanearlo en el mismo campo, llevarse la carne, dejando el cuero y las vísceras en el suelo.
Todo lo que encuentran a su paso, que pueda llegar a tener lugar en el mercado de reventa es apetecible para ellos: agroquímicos, caños, herramientas, las cimbras de las tranqueras, cables, cilindros de molino, cubiertas y tantas cosas más.
Tal es la impunidad que no les importa dejar tiradas las motos a la vera del camino rural y entrar a pie al campo ni tampoco cortar un alambrado de punta a punta. “No les importa el daño que le genera y lo que significa para el productor, ellos después lo venden como chatarra. Es una locura lo que está pasando”, dicen los productores.
En este marco, hay preocupación sobre el partido bonaerense de Bragado, donde la semana pasada los productores se reunieron con entidades ruralistas para ver cómo darle un freno a la sucesión de robos en la región.
Walter Malfatto, dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA), no puede entender cómo los políticos no toman cartas en el asunto de una buena vez. “Cuando salí de la reunión que se realizó en el salón blanco de la municipalidad llamé al exintendente Vicente Gatica, que Patricia Bullrich lo nombró para trabajar en Seguridad; se ocupará del tema con cámaras para poner en un puntos estratégicos en Bragado, pero todavía no hizo nada”, dijo.
Sin ir más lejos, el productor agropecuario contó un caso reciente: “Adolfo Dorrín está cansado de que le faenen animales, más de 15 y ahora le robaron el cilindro del molino. Lo noté muy enojado al alemán, cuando contó en el grupo de WhatsApp que le robaron. Y esta mañana a otros entraron a robarle choclos. Hay que frenar esto antes de que pase una desgracia”, enfatizó.
El dirigente teme que esto se agrave porque “la buena gente del campo está enojada de tanta inseguridad y puede llegar a hacer cualquier cosa”.
“La patrulla rural no lo puede parar sola sin ayuda. Los agarran, hacen bien su trabajo pero la Justicia los libera al toque. Cada día que pasa se está poniendo peor la cosa. Por eso armamos un grupo de Whatsapp con 300 productores y la patrulla para que, cuando vemos algo sospechoso nos alertamos entre nosotros, pero no alcanza”, agregó.
En Santa Fe
Sin respuestas por parte de los funcionarios de turno, los productores utilizan las redes sociales para hacer catarsis. Así fue el caso de Gustavo Canavese, de Angélica, Santa Fe, que en un posteo en X dijo: “Me entraron a robar en el campo, además de chorros, burros. No saben abrir un candado, actuaron rápido por las cámaras y alarmas, robando una camioneta, pero tampoco saben manejar, cayeron a una cuneta a 10 kilómetros. Quinto robo en dos meses en la zona. Impotencia y desprotección”, remarcó.
“Lo peor es que la policía sabe quiénes son, de dónde vienen, hacia dónde iban y no los pueden parar. En las imágenes de las cámaras pude ver claramente que uno anda con un arma en la mano. Para la inseguridad, hay tecnología disponible en el mercado, para cazar ladrones hay gente preparada para eso. Un productor con un arma en el medio del campo contra tres o más delincuentes armados es hombre muerto. A ver si lo entienden los que lo tienen que entender. Yo tengo que comprar herramientas para mejorar mi capacidad productiva, no armas. Las armas la deben usar las fuerzas de seguridad para hacer limpieza”, continuó en su posteo.
Por último, enfatizó: “Como la sacamos dentro de todo barata hoy reforzamos sistema de seguridad con un domo y dos barreras para cubrir todo el establecimiento. Es una locura, estamos cada día más presos dentro de nuestra propiedad”.