El Servicio Meteorológico Nacional y la Oficina de Riesgo Agropecuario alertaron por las condiciones de sequía que se están expandiendo, sobre todo en la zona núcleo. Una noticia positiva es que La Niña tendría una intensidad muy leve.
Por Infocampo
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) fue en las últimas horas la voz cantante de una preocupación que está ganando espacio en el campo argentino, sobre todo en la zona núcleo, la región agrícola más productiva del país.
Desde fines de abril no hay lluvias abundantes y este panorama de sequía, junto a las heladas que se han sucedido a lo largo de junio y julio, configura un escenario estresante que ha puesto en zona de riesgo a muchos lotes de trigo.
“La sequía se expande en Argentina”, señaló, sin medias tintas, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en un mensaje compartido a través de su cuenta en la red social X.
“En los últimos tres meses, debido a la falta de lluvia, se agravó la situación en la zona núcleo”, agregó el organismo.
Al respecto, compartió un mapa del Centro Regional del Clima para el Sur de América del Sur que muestra en tonos rojizos las zonas más afectadas, con sequía entre “extrema” y “excepcional”, que abarcan fundamentalmente a regiones de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
EL TRIGO MIRA CON ATENCIÓN LA SEQUÍA
Por su parte, el informe semanal de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) también hace foco en la falta de agua que se está profundizando en el país.
“Sin lluvias, continúa el lento desecamiento de los perfiles hídricos”, señaló la ORA.
Para las diversas zonas productivas, señaló lo siguiente:
- En el núcleo triguero sur, las reservas profundas estimadas para lotes de trigo pasaron de óptimas a adecuadas en la última semana.
- En la zona núcleo, las reservas profundas se clasifican como adecuadas al este y regulares al oeste.
- En la provincia de Córdoba ya no se identifican unidades de suelo con reservas adecuadas. Según la zona, los almacenajes serían regulares a escasos.
- En Santa Fe y Entre Ríos, donde las temperaturas de la semana fueron más altas, el desecamiento es claro. En el mapa actual predominan en estas provincias los almacenajes regulares a adecuados.
- A nivel general, las mayores deficiencias hídricas se siguen estimando en Chaco, Formosa y Santiago del Estero.
¿UN ALIVIO CON LA NIÑA?
Vale recordar que esto ocurre mientras se aguarda que se active definitivamente el fenómeno La Niña, lo que podría significar el riesgo de que estas condiciones se acentúen.
Sin embargo, por ese lado, la ORA trajo algo de alivio: confirmó que continúa el enfriamiento del Océano Pacífico, lo que implica que el fenómeno tendría una intensidad débil.
“Si bien la probabilidad de que el fenómeno La Niña sea el telón de fondo de la campaña 2024-2025, los sucesivos pronósticos van mostrando un enfriamiento cada vez más débil”, resumió el organismo que depende de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Según la ORA, ante la posibilidad de una primavera y verano bajo la influencia de La Niña, se magnifica la expectativa por lluvias invernales suficientes como para encarar la campaña con reservas profundas bien recargadas.
Ahí está el problema, porque es precisamente lo que no está sucediendo: “Las lluvias de invierno han resultado en general normales a escasas, por lo que se vive con preocupación el lento decaimiento de los almacenajes de las últimas semanas”, insistió.
En este marco, “analizando los pronósticos emitidos por el IRI, que reúne y consolida todos los modelos internacionales de pronóstico de El Niño / La Niña, se ve que la probabilidad de ocurrencia de La Niña se ve un poco disminuida en el pronóstico de julio, aunque se mantiene en niveles altos (79%)”, agregó.
La realidad indica que la llegada de La Niña está garantizada, ya que en los cuatro últimos pronósticos se ha mantenido una probabilidad muy alta.
Sin embargo, también estos informes han sido coincidentes en que la intensidad sería “débil”, y es lo que muestra la evolución de la intensidad del enfriamiento de la superficie del mar previsto, asociado con La Niña, prevista para el trimestre noviembre y diciembre 2024 y enero 2025.
Se trata del promedio de los enfriamientos previstos por todos los modelos numéricos internacionales disponibles.
“En el pronóstico de abril, el enfriamiento más importante previsto para el evento La Niña era de -0.93°C, lo cual se ubica algo por debajo del umbral de -1°C, a partir del cual se considera un evento moderado. En los sucesivos pronósticos la intensidad del enfriamiento previsto fue disminuyendo. Incluso en el último pronóstico, el del mes de julio actual, la intensidad prevista es de apenas -0.52°C, que apenas podría clasificarse como La Niña”, cerró la ORA.