Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el reciente período de falta de lluvias redujo en 2 millones de toneladas la producción esperada de maíz y en 2,5 millones de toneladas la de soja
21 de febrero de 2024 18:47
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Por los efectos de la última ola de calor, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) recortó la proyección de producción de soja en 2,5 millones de toneladas y la de maíz en 2 millones de toneladas. Entre ambos cultivos se trata de una poda de 4,5 millones de toneladas.
En un informe dado a conocer hoy, la entidad estimó una cosecha para la oleaginosa de 49,5 millones de toneladas y para el cereal de 57 millones de toneladas. Esto significa que la expectativa de que la campaña 2023/2024 sería un récord para el maíz y una “supercampaña” para la soja se vio frustrada por el impacto negativo de las altas temperaturas en los rendimientos de los cultivos.
“Hace un mes atrás se preveía una mejora de los guarismos de producción de soja en la Argentina, con muy buenas posibilidades de superar cómodamente los 50 M/t [se mencionó 52 millones de toneladas]. Pero a partir del 17 de enero se instaló una ola de calor muy larga y severa que dio vuelta el escenario; ocurrió en un momento muy sensible de la soja de primera que forzó el aborto de chauchas. Si se compara esta estimación con la proyección de principios de enero, el deterioro de los cultivos llevó a un fuerte recorte de 2,5 M/t”, dijo la BCR.
No obstante, la entidad destacó que este recorte no fue mayor gracias a las lluvias claves que cayeron entre el 7 y el 14 de febrero. “Tras las lluvias, se observó una reacción positiva en áreas como el sudeste de Buenos Aires, centro sur de Santa Fe, sur de Córdoba y Entre Ríos. Pero hay otras zonas conflictivas en las que las recientes lluvias no han sido suficientes y sistemáticamente han recibido menores acumulados desde diciembre, como en el centro, oeste y nordeste bonaerense, centro y norte de Córdoba, Santiago el Estero y especialmente en Chaco”, explicó.
Ante este panorama productivo, desde la BCR lamentaron que se pierda la oportunidad de superar la producción de 50 millones de toneladas de soja, algo que la Argentina logró en siete ocasiones entre 2010 y 2020.
En cuanto a la soja de segunda, informó que la “situación siegue delicada” con daños generalizados causados por el calor extremo en la región pampeana. Se estima que el rendimiento potencial ha sufrido caídas de entre el 40% y el 60%, y que aproximadamente 750.000 hectáreas no serán cosechables.
Además, la estimación de febrero también consideró un ajuste en el área nacional de siembra, con una reducción de 100.000 hectáreas. Con una superficie sembrada de 17,3 millones de hectáreas, un 8,3% más que el año anterior, y un rendimiento promedio nacional de 29,9 quintales por hectárea, se espera que la producción total de soja alcance los 49,5 millones de toneladas, lo que representa un aumento significativo luego de los 20 millones de toneladas de la sequía del año pasado.
En cuanto al maíz, la ola de calor también ha frustrado las expectativas de una gran campaña, con una reducción en la estimación de 2 millones de toneladas en comparación con enero. En ese momento la entidad proyectó que la Argentina volvería a alcanzar un récord de producción de maíz. Hablaba de 59 millones de toneladas.
En este nuevo informe explicó: “La ola de calor también impactó en el maíz ya que se estima una caída en la estimación de producción de 3,4% frente al guarismo de enero. Con un rinde de 76,9 quíntales por hectárea a nivel nacional, se prevé una producción de maíz 2023/224 de 57 M/t. El recorte es de 2 millones de toneladas respecto de la cifra estimada en enero”, señaló.
A pesar de que falta mucho tiempo para que se materialice la cosecha en toda su magnitud, en la BCR advirtieron que ya existen algunas preocupaciones: “En los maíces tempranos, que representa el 35% del total sembrado, el golpe de calor amenaza con un adelgazamiento del peso del grano, lo que podría dejar pérdidas de 10% a 15% respecto del rinde esperado en las áreas más afectadas”.
Por otro lado, en relación a los maíces tardíos se reportan niveles significativos de daño que exceden el 50% del rendimiento potencial. “Los tardíos que se sembraron más tarde y lograron sortear esas semanas fueron beneficiados por las lluvias de la segunda semana de febrero. Sin embargo, es muy importante que reciban nuevos aportes en los siguientes días para afirmar la recuperación y sostener el potencial de producción maicera 2023/24 que se estima”, concluyó.