En el sector recordaron que los únicos países que rechazaron el convenio son Rusia, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, Bielorrusia y ahora la Argentina
- 23 de septiembre de 2024
- 14:17
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LA NACION
Luego de que la canciller Diana Mondino anunciara que el Gobierno no votará a favor del Pacto del Futuro y que tampoco se adherirá a la Agenda 2045, la nueva versión de la Agenda 2030, en el sector agropecuario hubo versiones encontradas sobre esta decisión del gobierno de Javier Milei.
El argumento que brindó Mondino en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York fue que el modelo del Gobierno “es el de la libertad económica”, y que el hambre se acaba garantizando con más comercio, no con menos, y que el desarrollo se logra priorizando el respeto por las instituciones, fundamentalmente la propiedad privada. Según agregó, la única batalla que vale la pena dar es la cultural, mostrando que es posible la libertad y la paz entre las naciones, y que el resultado del ejercicio conduzca a un mundo más seguro y próspero.
Consultado sobre este tema, Elbio Laucirica, presidente de Coninagro, expresó que desde la entidad ven esta decisión con suma preocupación por el mensaje que se le da al mundo. “Los únicos países que rechazaron el Pacto del Futuro: Rusia, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, Bielorrusia y la Argentina. Las empresas más importantes del mundo, patrocinan esta agenda y tienen normas internas para ayudar a su implementación (en particular, las referentes a cuidado del medio ambiente), entre ellas muchos importadores de nuestros productos y bancos que financian el comercio exterior, que propician estas políticas”, observó.
El Pacto del Futuro, apoyado por 143 Estados miembros de las Naciones Unidas, establece 56 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que son el eje de la Agenda 2030, ya que busca promover un enfoque global hacia el desarrollo sostenible. La finalidad es abordar los desafíos globales como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la paz y la justicia. La Agenda 2030 está asociada con el sector agropecuario, dado que el sector desempeña un papel crucial en el desarrollo sostenible, como la seguridad alimentaria, la gestión de los recursos naturales y la reducción de la pobreza rural.
“La Argentina produce alimentos saludables, como carne con un balance de carbono altamente positivo, y granos con la menor huella de carbono del mundo. Desaprovechamos una ventaja competitiva muy importante de nuestra actividad, y, por otra parte, demandada por los consumidores del mundo, comer alimentos más sanos, y producidos con sustentabilidad socioeconómica y ambiental”, agregó Laucirica.
Por su parte, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), manifestó que el discurso de la canciller de no adherir al Pacto del Futuro es una clara indicación del gobierno nacional de no trasladar más esfuerzos en materia de mitigación al cambio climático a sectores productivos, especialmente a aquellos que son emisores de metano. “Es clave que el gobierno promueva un cambio en la metodología mundial y se trabaje con el balance de carbono y no con la huella, porque si no estamos generando datos excesivos de emisiones en la agricultura y ganadería, que son parte de la solución y no del problema del cambio climático”, especificó.
En tanto, en Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), observaron que están de acuerdo con lo expresado por Mondino y Milei. “Desde CRA rechazamos firmemente la Agenda 2030 y el llamado Pacto del Futuro, porque representan un freno al desarrollo productivo de nuestro país. No podemos aceptar imposiciones que se alejan de nuestra realidad y que priorizan agendas externas por encima de las necesidades de los productores argentinos”, indicó Carlos Castagnani, presidente de la entidad.
En un discurso que brindó en la Expo Rural de Tucumán, habían expresado su decisión de estar al margen de la Agenda 2030. Ahí recordó que CRA decidió retirarse como miembro de la plataforma Visec y que las diferencias con los requerimientos de la Unión Europea (UE) son, en algunos casos, importantes. “Las legislaciones impulsadas desde organismos internacionales que buscan imponer directrices por encima de nuestras leyes nacionales son una amenaza para la soberanía productiva de la Argentina. CRA defiende el desarrollo y el crecimiento bajo nuestras propias condiciones y con nuestras propias reglas”.
“Esto no significa en absoluto que dejemos de trabajar por el medio ambiente. Nuestra relación con la UE sigue intacta; siempre apostaremos al diálogo y al consenso. Coincidimos con lo expresado por el presidente de la Nación cuando afirmó que no se dejará amedrentar por consignas importadas que nada tienen que ver con nuestra realidad”, expresó.