29 Junio 2022
A pesar de que la oleaginosa cerró la compaña con menor producción, los altos precios compensaron la caída. En tanto, el cereal no deja de crecer como aportante de dólares.
Tanto la soja como el maíz se mantienen en valores altos a nivel histórico.
Yanina Otero
Por Yanina Otero
La soja continúa siendo el cultivo estrella para la economía argentina. Es que los altos precios internacionales, que se mantienen en niveles históricos, más que compensaron la caída en el área sembrada en la campaña 2021/22 y, de esta manera, la oleaginosa aportará u$s23.972 millones en valor agregado, lo que representa un un 17,1% más que el año pasado. En tanto, el maíz tampoco se queda atrás y continúa sumando protagonismo en los campos y en el ingreso de divisas: según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el cereal aportaría otros u$s20.300 millones y, así, de la mano de los dos cultivos se alcanzaría el récord de más de u$s40.000 millones.
En lo que respecta a la campaña de soja que terminó apenas semanas atrás, se sembraron 16,3 millones de hectáreas, lo que marca una contracción de 600.00 hectáreas en relación a la campaña 2020/21 y una caída de 6 % con respecto al promedio de las últimas 5 campañas. Los productores optaron por sembrar menos soja y el clima tampoco ayudó en muchas zonas productivas.
La producción de soja de la actual campaña cerró con un volumen de 43,3 millones de toneladas.
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La producción de soja de la campaña 2020/2021 fue de 43,3 millones de toneladas
El ciclo finalizó con 700.000 toneladas por debajo al escenario inicial de 44 millones de toneladas, lo que marca una cosecha final de 43,3 millones de toneladas. “La falta de humedad superficial durante el mes de diciembre impidió concretar los planes de siembra, con un recorte 200.000 hectáreas. Altas temperaturas junto a lluvias por debajo a la media sobre el centro del área agrícola afectaron los cuadros de primera. Finalmente, heladas tempranas sobre el oeste y sur del área implantada generaron mermas en cuadros de soja de segunda mientras se encontraban en pleno período crítico”, explicaron desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Así es que la cadena de la soja aportará a la economía argentina u$s23.972 millones en el 2022 en valor agregado, un 17,1 % por encima del valor del año pasado. El aumento está explicado por la suba en los precios del cultivo, que superan los máximos de las últimas cinco campañas. Adicionalmente, generará exportaciones por u$s25.443 millones (mostrando una suba del 10% respecto al año previo) y aportará u$s10.489 millones en recaudación fiscal (14,4 % más que la campaña pasada).
En cuanto al maíz, su crecimiento fue realmente meteórico porque no solo ya se siembra más grano amarillo que soja, sino que incrementó su Producto Bruto un 145% en los últimos años, hasta alcanzar un récord proyectado para la cosecha que está terminando de u$s20.397 millones, unos u$s2.500 millones por encima del ciclo 2020/21, que ya había sido el mejor de la historia en términos de generación de valor. El cereal explicará así un 3,6% del PBI argentino.
Estas dos cadenas se consolidan así no solo como las principales aportantes de divisas genuinas para la Argentina, sino también como la llave asegurada para que en los próximos meses haya un ingreso constante de dólares. Las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario adelantan que hasta el décimo mes del año se liquidará mensualmente no menos de u$s3.400 millones. Algo realmente clave para que el BCRA puede acumular divisas luego de los fuertes pagos por importación de energía que está afrontando.
La mirada también está puesta en el desarrollo del dólar y más particularmente en la brecha con los tipos de cambios paralelos. Es que la suba de los financieros y el blue durante los últimos días podrían desalentar la venta de los productores. En tanto, en el Gobierno insisten que no está en carpeta una devaluación y es por ello que fomentan créditos blandos para aquellos productores que liquiden el grueso de su cosecha de soja.