Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario alerta que es el inicio de campaña más seco en 15 años. Se sembrarían solo 650.000 hectáreas, la cifra más baja desde 2016, cuando con agua suficiente se hubieran implantado cerca de 2 millones. Trigo cosechado en la última campaña (Imagen de Dante Garciandia)
Ante un panorama de poca lluvia y suelos muy secos, y con la siembra de trigo a la vuelta de la esquina, en la nona núcleo los productores empiezan a hacer los números para lo que viene. Y aunque quisieran que el escenario fuera otro, lo que viene, en muchos casos, es definitivamente sin el trigo como protagonista.
La Bolsa de Comercio de Rosario informó que el escenario actual es el más seco de los últimos 15 años. ¿Hasta dónde hay que retroceder para ver un cuadro así? Los técnicos de la entidad rosarina aseguran que en 2009 fue la última vez que se advirtió un nivel de sequía semejante en el suelo.
“La falta de agua en la región es una gran preocupación ya que no están dadas las condiciones para sembrar. De concretarse la proyección de 650.000 hectáreas trigueras, la siembra estaría en los niveles anteriores al 2016”, plantearon.
ABRIL, CON ESCASO APORTE DE AGUA
Los autores del informe son contundentes con el aporte de lluvias que dejó el mes pasado. “Si abril hubiese cumplido con la media (120 mm) de lluvias y mayo estuviese acompañando con pronósticos de tormentas, se estaría ante la proyección de una siembra récord, con casi 2 millones de hectáreas como intención para el ciclo 2023/24”, sostuvieron.
“Lamentablemente, con solo el 30% de las lluvias de abril y pronósticos muy desfavorables hasta el 10, e inclusive al 15 de mayo, el escenario para la siembra de trigo se presenta como el más seco de los últimos 15 años. Por lo tanto, la intención de siembra en la región núcleo va disminuyendo acorde con la probabilidad de lluvias, por lo que, por el momento, se proyecta un área de 650.000 ha”, estimaron.
La superficie es un 50% menor que la de hace un año atrás.
“Así, se estaría en un nivel de siembra que caería a los años previos del 2016, años en que con un margen ajustado se apuntaba a un trigo de 25 a 30 qq/ha”, calcularon.
Se entiende que a partir del 2016, con la mejora de los márgenes, el trigo se transformó en un cultivo de gran valor para la región núcleo. “Cambió el manejo y se aplicó mayor tecnología, para alcanzar rindes de 50 a 55 qq/ha. El 2016 ha sido una gran bisagra para el trigo”, sostuvieron.
“Antes de ese año, rara vez logró superar las 700.000 ha y era impensable obtener promedios de casi 50 qq/ha como obtuvo la región en la campaña 2021/22”, recordaron.
LA INTENCIÓN ESTÁ, EL AGUA NO
Según manifestaron, en la región núcleo, el productor necesita sembrar, pero no hay agua suficiente en los perfiles. “En San Gregorio, en el sur santafesino, los técnicos explican que los productores “buscan una revancha financiera rápida con el trigo”. Sin embargo consideran que es muy arriesgada, porque “la campaña está muy complicada desde el inicio, no hay agua suficiente en los perfiles”.
“En esta semana comenzaron la toma de muestra de agua útil. Estiman que puede estar entre el 20 y el 30%, cuando, en un año normal, lo mínimo requerido para sembrar es un 60%. Recomendamos seguir el nivel de agua útil, porque ahí está la clave del riesgo que se quiera asumir. Nuestro límite va a estar en el 50% de agua útil”, expresaron.
Podría incrementarse incluso la práctica del trigo como cobertura, sin fertilizar.
“Se hará en algunos casos puntuales. Y hacia fin de agosto, según como llueva y esté el cultivo, se podría fertilizar y dejar a cosecha o cortarle el ciclo”, definieron.
Por último, aclaran que si bien la fecha límite de siembra que manejan es el 10 de julio, saben que durante junio y julio el aporte pluvial es escaso, por lo que el límite real es fin de mayo.