El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) organizó un encuentro en Córdoba con foco en los aspectos que ayudan a mejorar la productividad
14 de noviembre de 2022
10:21
Ir a notas de Gabriela Origlia
Gabriela Origlia
PARA LA NACION
La ganadería suma opciones de tecnología
CÓRDOBA.- El último Punto de Encuentro Joven organizado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) se desarrolló en esta ciudad con disertaciones, paneles de análisis y debates sobre temas centrales en la cadena de la carne, entre ellos la aplicación de la tecnología clave en los contextos de innovación. Son tres las tendencias dominantes: Internet de las Cosas, la inteligencia artificial y el blockchain.
A lo largo de toda la jornada el énfasis estuvo en la oportunidad que tienen los jóvenes en formarse para desarrollarse en un contexto más exigente. En el área particular de la tecnología, Carlos Vidal, abogado y magister en ciberderecho, analizó el contexto actual de digitalización y ecosistema de innovación AgTech.
“Las tendencias están marcadas -dice a LA NACION- y hay casos concretos que mostraron cómo impactan a la hora de ganar calidad, sostenibilidad y más inserción mundial, como es el caso de la trazabilidad. La Argentina es el segundo actor regional en AgTech y eso abre una posibilidad para desarrollar y apostar a las startups”.
Gastón Alfaro, docente de la cátedra Producción Carne Vacuna de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), presentó dos experiencias que están en marcha, la programación fetal y la estación de testaje de toros con que cuenta la facultad.
La programación fetal es una tecnología nutricional nueva para la Argentina y que se viene aplicando con fuerza en Estados Unidos. “Se busca aumentar la calidad de la carne desde el vientre; siempre se creyó que la calidad se define en la etapa de engorde, pero está comprobado que la manipulación nutricional que afecta a los genes tiene un rol significativo”, dice.
La estación de testaje -una de las pocas que existen en el país- permite hacer estudios sobre los hábitos de consumo de los animales: “Detectar el consumo residual es importante en la selección de los padres, agrega valor. La tecnología es nuestra aliada, pero hay que formarse para tener capacidad y criterio para analizar los datos”.
Lo que viene
Del panel también participó Osvaldo Luna, docente de Ciencias Agronómicas y asesor CREA, presentó herramientas digitales para la planificación forrajera. Si bien mostró el “Tablero de seguimiento forrajero” desarrollado por CREA, insistió en que es una alternativa de las varias que existen. “Nos permiten pasar de la ganadería del ‘masomenómetro’ a una de precisión”, indica.
La producción ganadera, ante un nuevo contexto
El tablero es una herramienta que estima la producción de pasturas a partir de imágenes satelitales; las imágenes son traducidas a datos en un tablero dinámico y permite un seguimiento del crecimiento diario de la pastura y contar con información por lote. Luna señala: “Hasta hace un tiempo nos manejábamos por el ‘más o menos’, con estos instrumentos logramos datos finos de producción”.
“La precisión nos hace más eficientes y ambientalmente mejores; a medida que tengamos más información somos más competitivos y nos podemos posicionar mejor -agrega-. En un año seco como el actual, la tecnología para gestionar marca un diferencial claro”.
José Jáuregui, gerente para Latinoamérica de la unidad de negocios Smart Farming de Datamars, empresa que entre otras prestaciones permite la trazabilidad en la cadena, destaca este punto para ir “mejorando de manera medible la capacidad de los ganaderos para producir proteínas de alta calidad”.
“En el corto plazo ya no solo vamos a tener una necesidad sino una obligación -plantea Jaúregui-. Uruguay ya lo tiene y otros países de la región empiezan a ir hacia ese punto”, agrega.
También abordó la tecnología de pesaje autónomo, originada en Australia hace unos diez años, y que permite un “uso más eficiente de los recursos, ya que la pesada frecuente permite ir haciendo ajustes a diferencia de hacer una anual o bianual”.
Gabriela Origlia